Encontrar un lugar apropiado donde construir nuestro propio hogar no fue tarea fácil. La presencia de un entorno paisajístico natural posible de ser preservado, la oportunidad de poner en valor la arquitectura patrimonial que aun existe en el lugar y la posibilidad de consolidar un espacio a escala humana, fueron los principales atributos que nos motivaron a escoger este terreno ubicado a orillas del Río Chamiza, a minutos de Puerto Montt, del Parque Nacional Alerce Andino y de la Carretera Austral.

 

Poner en valor una forma ancestral de hacer arquitectura en madera, incorporando el uso eficiente de la energía, el respeto por el medioambiente y la consolidación participativa de los espacios comunes, son algunos de los desafíos que queremos compartir con un reducido número de familias, en un entorno arquitectónico de gran valor patrimonial formado por la Iglesia Luterana, la ex-escuela y antiguas casas de madera, todas obras construidas por carpinteros descendientes de los colonos alemanes que llegaron a este valle a mediados del Siglo XIX.